jueves, 5 de septiembre de 2013

De opinión, politiqueros y paros

Laura Camila Rosales Gómez 

¿Será posible que en Colombia se evalúe el gobierno del presidente Juan Manuel Santos por las opiniones de los unos cuantos ciudadanos?, ¿en realidad la opinión pública puede llegar a destruir la imagen política de uno de sus gobernantes?, ¿el paro agrario –al que se le sumaron más sectores de la industria- de las últimas dos semanas será a causa del bajo nivel de estado bienestar que tienen no solo los campesinos, sino la sociedad en general?, ¿cómo actúa el gobierno al respecto?  Éstos son muchos de los interrogantes que se hacen no sólo los colombianos, sino la mayoría de las sociedades civiles a nivel global. Más aún en un contexto de crisis gubernamental como la que atraviesa nuestro país actualmente.

Para poder responder a estas preguntas es necesario hacer un análisis de los conceptos que engloban, en lo que se ve sumergida la sociedad civil, la opinión pública. La opinión es una conducta inherente a la condición humana, y al hacer parte de una sociedad regida por un principio “democrático”, ésta juega un papel trascendental en la política.

Desde un sentido meramente etimológico la opinión es aquel juicio de un hecho, o algo incierto de algo que se sabe ser cierto, sea por demostración o fe, es un saber intermedio. (Price, 1992) Según un sentido filosófico para Habbermas es un escenario susceptible a deliberación de un tema específico, y para el sociólogo Tonnies es dar puntos de vista sobre algo. El concepto en sí aparece en el siglo XVII con la época de la Revolución Francesa y la Ilustración en donde se les permitía opinar a unos cuantos privilegiados.

Después de años de evolución y desarrollo sociopolítico, la sociedad ha permitido que toda la población pueda opinar sobre los temas de lo político (las instituciones) y la política (comprendida como la esfera de las relaciones y decisiones). En el contexto colombiano la opinión ha sido un término que se ha degradado con mala implementación de la comunicación política, el gobierno y la democracia.

En el ejercicio de intentar ser una sociedad civil -comprendida como un grupo de personas que se reúnen en torno de un tema de interés común en un ámbito público, para tratar asuntos públicos-, un grupo de estudiantes de Comunicación Social y Periodismo se atreve a construir un concepto de opinión pública, que hará más fácil el análisis de la situación  reciente de política colombiana:

La opinión pública es la sociedad que expresa su pensamiento sobre la política en el ámbito de lo público, en lo referente a puntos de vista diferentes que son dados a conocer a través de encuestas y sondeos.

Si bien lo medios sociales han abierto un espacio de opinión, comunicación y debate sobre lo público, éste no tenido una cobertura del 100 por ciento de la población nacional. Y ha sido utilizado más como una estrategia de politiquería y sátiras contra la actual administración, que como un espacio para culturizar la sociedad civil colombiana.

Y como no mencionar al rey del medio social que más contribuye con la opinión en Colombia, Twitter y a su seguidor más empedernido el ex presidente Álvaro Uribe Vélez. Quien gracias a esta red social ha generado no solo incrementar su popularidad y convertirse en el ´sensei´ de la opinión pública, sino en refutar el actual gobierno (uno de los actores principales, si no es el más de la opinión pública) y crear una cortina de humo para aquellos a los que la memoria, les hace olvidar los actos de corrupción, mal manejo e implementación de política gubernamentales de antecesores presidenciales pasados.

En las últimas semanas la voz de aquellos quienes siempre estuvieron marginados, y a los que la democracia (en donde se supone que los gobernantes están a servicio de los gobernados y no viceversa) pareció serles esquiva, se pronunciaron demostrando que un gobierno puede caer por manos de la opinión pública.

No faltaron quienes tiraron la piedra y escondieron la mano, y no se está haciendo referencia las protestas y disturbios en gran parte del territorio nacional, sino a aquellos que mientras estuvieron en el poder cooperaron para que en Colombia el estado de bienestar para la población fuese nulo. Y se aludieron desplegando 140 caracteres, o editoriales criticando a un gobierno, que aunque no muy bueno le reventó un problema de varias décadas atrás.    

Esta protesta, que en manos de los campesinos tuvo un trasfondo pacífico y que en los rebeldes demostraron que somos una sociedad ignorante e incapaz de asumir la responsabilidad que se adquiere en el momento que un ciudadano hace cumplir su derecho al voto. No es más que una manifestación que Colombia no es un estado de bienestar (igualdad y buena calidad en educación, vivienda, trabajo y salud).   
En situaciones de caos gubernamental como ésta es cuando se evidencia la pésima estrategia de comunicación que tiene el gobierno Santos. Pues por sus discursos y  alocuciones, fueron víctimas de los más osados “memes” de las redes sociales. Lo que reventó en una decadencia de la imagen del jefe del ejecutivo en Colombia.  

Es difícil para aquellas personas del común, que no se dejan deslumbrar con frases y críticas cajón de politiqueros baratos; que han sido creados para manipular,  tomar una postura política en la sociedad colombiana.

Todo lo anterior nos demuestra una sola cosa. La opinión pública colombiana ha pasado a ser manipulada por el poder, que así sea objeto de duras críticas, ha utilizado los medios sociales para hacerse auto propaganda y generar más influencia en la población ignorante (que es la mayoría) que olvida. Y aquella que está cansada de tantas malas administraciones, corrupción, robos e injusticias decide dejarse llevar por la espiral del silencio y han perdido la fe en un país en donde la democracia sea una realidad, no una utopía mal administrada.  



Price, V. (1992). La opinión pública, esfera pública y comunicación  Barcelona: Paidós Ibéroca.
Lecturas complementarias primer corte:
·         Opinión Pública. Comunicación política, democracia y medios.
·         Algo va mal 

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